jueves, 7 de mayo de 2009

PROHIBIDO LEER



«…No hay libro tan malo que no tenga algo bueno…», frase que se le atribuye a Cervantes, pero que en realidad aparece desde antes en una carta de Cayo Plinio El joven (Epístolas III-X) y que atribuye a su tío Plinio el Mayor. Con esta frase inicio este corto ensayo porque no me cabe en la cabeza el hecho de que a lo largo de la historia y en momentos determinados de la misma, se haya reprimido, prohibido a diferentes culturas el tener contacto con libros por razones diversas.
No pretendo hacer una lista exhaustiva de la cantidad de libros que se prohibieron y a qué culturas, simplemente trataré de hacer algunas consideraciones dentro de nuestro contexto Americano con respecto a estas nefastas decisiones que atrasaron culturalmente a nuestros pueblos.

La historia de la prohibición y destrucción de la palabra escrita se remonta a la elaboración de los primeros textos, grabados en Mesopotamia sobre tablillas de arcilla hace aproximadamente 5.300 años. Desde entonces, el poder religioso o político ha utilizado este mecanismo como una forma de censura que ha justificado haciéndola pasar como salvaguarda de los principios morales y las tradiciones.[1]
Haciendo un poco de historia y en cuanto a nuestro contexto Latinoamericano respecta, la Iglesia ha tenido un papel fundamental en todo esto. Si nos remontamos a la inquisición, ésta apareció como un tribunal cuyos objetivos eran descubrir y suprimir la herejía. Su fundación se debe al Sínodo de Toulouse (Tolosa) de 1229, se estableció y operó durante mucho tiempo en Italia, España, Francia y Portugal, en estos países sirvió para suprimir movimientos heterodoxos. La Inquisición se estableció en 1232 en Aragón y fue hasta 1480 que se difundió a toda la península, con la participación de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando que buscaban suprimir la herejía en todos sus dominios. En 1491, cuando la ciudad de Granada fue reconquistada, se concertó un solemne compromiso que obligaba a los Reyes de España y a sus sucesores, a proteger los bienes, costumbres sociales y prácticas religiosas de sus habitantes. La acción de la Inquisición iba contra los conversos que continuaban ocultamente con sus antiguas religiones. A fines del siglo XV la religión Católica se consolidó en la Península Ibérica y España se convirtió en vigorosa aliada del Pontificado. De este modo llega a las colonias españolas.
La Iglesia de América nació subordinada a la autoridad de los monarcas españoles, dado que, la Bula Papal de Alejandro VI les concedió todos los derechos y obligaciones sobre las nuevas tierras.

La Iglesia utilizó todas las armas que el derecho canónico y la fuerza le daban. El concilio de Trento (1545-1563), limitaba la circulación de los libros "sospechosos o perniciosos" el Concilio Provincial Mexicano (1555), en su capítulo LXXIV insistía sobre el peligro que representaba la imprenta y la difusión de libros considerados dañinos. Para remediar el problema de los libros prohibidos, se pide que no se imprima o publique ninguna obra que no sea revisada por la Inquisición y quien lo hiciera sería excomulgado y pagaría una multa de 50 pesos para obras pías. Se les prohibía a los libreros comprar sin autorización so pena de excomunión y multa de 100 pesos, tampoco podían vender. Pedían a todos los que tenían libros los llevaran para su aprobación so pena de 50 pesos y excomunión, 6 días después de la pronunciación de la constitución. Que no se vendieran libros a los indios porque se ofendía a Dios.[2]
En su momento se llegó hasta prohibir que los indios tuvieran biblias y sermonarios incluso de sancionarlos con la excomunión a los infractores que imprimieran o comerciaran con libros que antes no hubieran sido examinados. Se prohíbe imprimir, circular, comprar, vender, y tener libros si antes no han sido examinados o aprobados por el ordinario.
Ante esta postura necia ¡Por qué se tiene que meter a Dios en todo esto?, ¿Por qué negar el conocimiento?, ¿Por qué prohibir la sabiduría?, ¿Por qué frenar el aprendizaje y el desarrollo? Son cuestionamientos para responder y profundizar en otro momento y que de alguna forma nos llevarían a desvelar algunas características de la sociedad actual.
Por su lado España se ha cerrado al espíritu renacentista al que considera pagano y prohíbe abiertamente a las colonias que ingresen novelas de caballería o literatura poco edificantes. Sin embargo pese a estas prohibiciones, y de manera clandestina ingresan a las colonias libros de imaginación: “Don quijote de la Mancha”, novelas picarescas y pastoriles, escritos humanísticos con ideas erasmistas, comedias, etc.[3]
Es interesante señalar que hasta en la primera parte de Don Quijote de la Mancha, Cervantes personificó esta obsesión inquisitorial en el cura y el barbero, que queman la biblioteca de Alonso Quijano al considerar que aquellas lecturas lo habían enloquecido. Entre los autores que a lo largo de los siglos han estado en el índice se encuentran Voltaire, Daniel Defoe, Copérnico y Balzac entre otros.
Es interesante resaltar que a pesar de la vigilancia y control ejercidos por las autoridades civiles y eclesiásticas, existía un intenso contrabando de libros, la técnica seguida era pasarlos en barricas de vino, toneles de fruta seca o en cajas de doble fondo. Eran mercancías pagadas a muy buen precio y valía la pena el riesgo.
Hoy día sigue habiendo prohibición de libros, por ejemplo, creo que todos recordamos la oposición de la Iglesia ante la publicación del Código da Vinci y la necesidad de que los fieles no lo leyesen -por el mismo motivo que años atrás.
No hay derecho que en la actualidad se sigan prohibiendo textos. Cada uno es libre de pensar, analizar, de criticar siempre y cuando se respete profundamente al otro y digo otro significando un lugar, una nación, una cultura, una filosofía, un hombre…
Para finalizar quiero afirmar que es cierto que hay libros más polémicos que otros y que siempre habrá libros que molesten a ciertas sociedades, pero al fin y al cabo somos libres de decir lo que pensamos así como de saber lo que piensan los demás. Para mí “esconder” o “prohibir” libros significa “esconder” “negar” la sabiduría. Así que ¿quién tiene derecho a prohibir un libro?








[1] HISTORIA DE LOS LIBROS PROHIBIDOS. Revista Muy Interesante - Enciclopedia Encarta - Cosmos Vol. 3

[2] GREENLEAF, Richard E. La inquisición en Nueva España S. XVI. México: FCE, 1981. p. 16-17.
[3] Aldana, Francisco René. Literatura Hispanoamericana. Época precolombina hasta la actualidad. Ed. Mac Graw Hill. México 2001