martes, 7 de abril de 2009

NO ESTÁBAMOS PREPARADOS PARA LA INDEPENDENCIA

No pretendo con este corto ensayo hacer una reflexión seria y profunda de los problemas que aquejaron a una América indispuesta después de la independencia de España. Pretendo, en la medida de lo posible, hacer reflejar que América latina, como no estaba preparada, sufrió grandemente los problemas que se le vinieron encima luego de la independencia.
Recordemos que en el momento de tomar las riendas de los nuevos estados americanos, el elemento criollo, no estaba preparado desde ningún punto de vista para guiar y gobernar estos pueblos. Las guerras de independencia fueron encabezadas por hombres dedicados a la carrera militar, que dominaban las técnicas de mando pero que en realidad no poseían cualidades o principios de administración pública, aquí ya tenemos una de las razones principales para confirmar la idea que vengo afirmando.
Los criollos que ahora se habían establecido en el poder, temían más revueltas de las clases campesinas desfavorecidas, por lo que se desarrolló un poder autoritario protagonizado por caudillos militares que habían obtenido prestigio en las guerras de independencia.

Durante el siglo XIX, los gobiernos de los países recién independizados se vieron influidos por las fuerzas militares, la sucesión dinástica en el gobierno, las técnicas de gobierno no delimitadas, los golpes de estado, el exilio de los ciudadanos más capaces, y el constante fracaso de las constituciones[1]

Por un lado estaban las fuerzas militares que controlaban las masas populares, y que poco a poco fueron convirtiéndose en caudillos del pueblo, entre ellos podemos nombrar a Simón Bolívar y José de San Martín entre otros. También aparecieron líderes algunos buenos y otros no tanto que de alguna forma empezaron luchando por causas nobles, aunque terminaran imponiendo su voluntad, por fuerza o por doctrina, para mantenerse en el poder, gran problema en su momento que nos dejó herencia y que es una realidad en el presente.
El dictador, por lo general, llegaba al poder después de derrocar el régimen existente. Las dictaduras toman auge en América Latina en las postrimerías del siglo XIX.
La diferencia entre las dos clases de líderes, el caudillo y el dictador, están la forma en que llegan al poder, el caudillo recibía el apoyo de las masas del pueblo, era un líder natural, y tenía grandes sectores del pueblo incondicionalmente a sus órdenes. Por el contrario, el dictador era un líder que se apoyaba en las fuerzas militares para ejercer el control de la región. Su gobierno, tiránico y totalitario, menospreciaba o ignoraba el poder legislativo. Tanto uno como el otro promovieron inestabilidad política durante los años posteriores a la independencia.
Por no generalizar esta situación sí afirmaré que una de las excepciones fue Brasil, ya que luego de independizarse de Portugal se cree que vivió una vida pacífica libre de dictaduras durante el siglo XIX y por esta razón se cree que su desarrollo económico fue más sólido durante el siglo ya mencionado. Ante esta excepción nos cabe la pregunta ¿qué grado de desarrollo tuviera la gran parte de América latina si no hubiera vivido todos estos problemas que se dieron luego de la independencia? Realmente es una pregunta para responder en otra oportunidad.
La inexperiencia y casi nula capacidad política de los criollos, junto con las luchas civiles y la ambición imperialista de otros países, propiciará la intervención continua de potencias extranjeras como los Estados Unidos e Inglaterra. Esta intervención será el precio que habrá que pagar por irse incorporando a la economía mundial, y al capitalismo europeo, en especial, con Inglaterra. El dominio español fue sustituido por el de Gran Bretaña y Estados Unidos, que llevaron a cabo un neocolonialismo brutal, impidiendo con ello el desarrollo económico de la zona. En 1823 el presidente Monroe había declarado: "América para los americanos", es decir, que sería un territorio preferente de Estados Unidos y que los europeos debían ir abandonando sus intereses en el continente. Y como dijo Severo Martínez en su momento en su obra “La patria del Criollo” y con mucha razón, luego de todo el proceso de colonización al que habíamos estado expuestos, que se había dejado la plataforma para que estas potencias siguieran con la explotación y el saqueo a todo un continente.
Como vemos, la situación política viene a ser uno de los grandes problemas que América latina sufrió luego de la independencia ya que no contaba con un grupo de personas capaces y preparadas como para sacar adelante a los pueblos.
Por otro lado podemos decir que las clases altas criollas se identificaron con la nación pero no promovieron el desarrollo y las condiciones de vida de negros, indios y mestizos empeoraron. Para concluir sigo afirmando que de haber tenido un grupo de personas capaces, preparadas y con una filosofía de lucha y preocupación por el desarrollo de los pueblos todo hubiera sido otra realidad. Y lo más preocupante es que todos estos problemas suscitados en su momento nos han dejado un problema que pervive en la actualidad como por ejemplo cuando se da la independencia los nuevos países se convirtieron de inmediato en feudos de la aristocracia criolla y las poblaciones indígenas fueron masacradas por ésta para hacerse con las tierras. Esta fractura étnica y social sigue presente en gran medida en la actualidad y es una de las causas profundas de la problemática contemporánea de América Latina. Y de no entrarle a este grave problema un legado de destrucción e inestabilidad seguirá marcando el desarrollo histórico latinoamericano durante largo tiempo.
[1] Rodríguez, Angel. "América Latina: Tierra de Contrastes". Ediciones Santillana, Pto. Rico. 1992.